Hace poco menos de 2000 años d.C. el apóstol Pablo le escribió a Timoteo y a Tito explicándoles que tuvieran cuidado, puesto que en los postreros tiempos habría hombres con apariencia de piedad, pero no es necesario abrir las escrituras para darnos cuenta que el príncipe de éste mundo está trabajando de una manera muy sutil, a menudo escuchamos en la radio programas para mejorar la salud, consultas a astrólogos que aseguran saber tu futuro, o en la TV anuncios publicitarios contra los cuales nuestra carne a veces sigue teniendo luchas, o que me dices de aquellos hombres que se comportan como señoritas blasfemando el nombre de Dios, o aquellos homicidas, fornicarios, secuestradores, mentirosos, los cuales se aman a sí mismos y no les importa saber nada de Dios.
Es triste saberlo pero todo esto para la gente ya es tan natural, ya no impacta tanto saber que hay hombres avaros, vanagloriosos, blasfemos, soberbios, ingratos, impíos, intemperantes, porque es lo que vemos todos los días, el enemigo sigue destruyendo vidas, sigue lanzado sus dardos y su trabajo irá en aumento, ¿Pero dónde estamos los cristianos? ¿Qué estamos haciendo ante todo lo que vemos? ¿Nos tapamos los ojos y hacemos como que no vemos nada?
¡Nooooooo! ¡Despertemos! quizá, si sea natural todo lo que los hombres allá afuera están padeciendo, porque sus vidas están sin Cristo, lo que no es normal es que nosotros nos quedemos quietos, eso sí, no, porque tenemos el Espíritu Santo morando en nosotros.
“Porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” 1 Juan 4:4
No hay comentarios:
Publicar un comentario