A MI PARTIDA, ¿QUÉ QUEDARA ANTE LOS OJOS DE DIOS Y DE LOS HOMBRES?

Creo que todos deberíamos de hacernos ésta pregunta, deberíamos echar un vistazo hacia nuestro interior y ver que es lo que estamos haciendo realmente para Dios.

Imagina una balanza, piensa en el día que te convertiste, ¿Cuántas victorias has acumulado para entregárselas a Dios cuando te llame a su presencia? ¿Cuantas derrotas? ¿Acaso son más? Esto no debería ser así ¿verdad? Pero tristemente a veces lo es.

Quizá pienses que tu vida no es fácil, y debo confesarte que a veces pienso lo mismo, pero también debo decirte que las cosas podrían ser peor sino tuvieras a Cristo. No eres el único que ha pasado por momentos difíciles  ¿Recuerdas la vida de Moisés? Si, aquel que mato un egipcio, y tuvo que huir por el desierto, aquel que se de le dio la opción de seguir en los lujos y manjares de Egipto, o bien, tomar la opción de obedecer el absurdo plan de Dios, para sacar a su pueblo de la esclavitud de Egipto, no me mires así, esto fue lo que el pueblo pensaba de Dios, muchas veces le dijeron a Moisés que preferían comer y morir en Egipto, que morir en el desierto, Moisés tuvo que soportar las murmuraciones de su propia familia y tuvo que escuchar e interceder por los constantes quejidos de un pueblo rebelde y malagradecido.

Él tenia un temperamento bastante fuerte y a pesar de ello se le conoció como el hombre más manso. Cuando Dios había escrito las tablas de la ley con su propio dedo, Moisés al ver al pueblo corrompido, ardió en ira, arrojó las tablas de sus manos y las quebró al pie del monte.

En otra ocasión en que el pueblo habló ante Moisés pidiendo agua, éste intercedió, a lo que Dios con su gran misericordia y generosidad le contestó, pero Moisés tuvo un error que no le permitiría pasar a la tierra prometida, su error: no santificar el nombre de Dios.

Quizá podríamos pensar que no era para tanto, pero no debemos olvidar que Dios es santo y demanda una total obediencia.

Pero escucha, a pesar de esto Moisés es llamado siervo, caudillo, juez, maestro, varón de Dios, fiel, pastor, pero lo más admirable es lo que Dios habla de él. "Y nunca más se conoció profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara".

Es interesante ver que Dios amó y conoció a Moisés. La Biblia nos dice que nunca perdió su vigor y no se oscurecieron sus ojos, el secreto: Fue sincero delante de Dios, sin barreras o un velo que ocultasen lo que él era. Dios le conocía cara a cara.

Pero, ¿Qué estamos haciendo nosotros? ¿Hemos caído tanto que provocamos que otros blasfemen el nombre de Dios? ¿O acaso vamos de victoria en victoria glorificando su nombre? ¿Qué dirán de ti cuando partas? ¿Qué deseas que se diga de ti?

¡Hay que ponernos a trabajar! ¿Verdad?